No puede evitar ser un hombre polémico, a pesar de su semblante adusto y su voz grave. El arzobispo de Canterbury, que hace unos meses, cuando se conocieron los primeros caos de pederastia dentro de la Iglesia Católica de Irlanda, aseguró que esta confesión estaba completamente desprestigiada en aquel país, ahora defiende la existencia de obispos homosexuales.
Rowan Williams aseguró en una entrevista para ’The Times’ que “no hay ningún problema” en que los homosexuales puedan ser obispos “siempre que mantengan el voto de celibato”, tal y como manda su confesión. Ello supone un importante paso dentro de la Iglesia Anglicana, que debate este tema desde hace años, tema sobre el cual el arzobispo Willians, no se pronunciaba desde 2002.
Eso sí, el máximo responsable de esta confesión, cuya cabeza visible es la reina Isabel II, no apoyaría relaciones gays dentro del obispado porque “el coste que tendría que soportar la Iglesia sería demasiado grande“.