El Celta derrotó con un gol de De Lucas al Nástic y sumó su cuarta victoria consecutiva, la segunda en Balaídos. Los célticos anotaron pronto y dispusieron de ocasiones para rematar un partido en el que estuvieron perfectos en defensa.
Los vigueses capitalizaron la posesión del balón, tocaron con velocidad y buscaron la meta de Rubén Pérez con su habitual ambición.
A los ocho minutos, gran pase en profundidad de Trashorras a De Lucas y el catalán pica de manera genial sobre la salida del portero. Uno a cero y el Nástic aún no había tocado el cuero.
Los celestes buscaron en los siguientes minutos ampliar su ventaja ante un rival que era incapaz de interrumpir las combinaciones célticas. Unos minutos después del tanto, buen pase de De Lucas a David, cuyo fuerte lanzamiento fue desviado a saque de esquina por Rubén Pérez, quien también desbarató, al cuarto de hora, un pase en profundidad sobre el ariete vigués.
Los de Luis César entraron por fin en el partido pasado el minuto veinte con un cabezazo de Powel que detuvo sin problemas Falcón. El Nástic ya tocaba con mayor soltura, empujado por su desventaja. Eso propiciaba espacios en su espalda que los celestes buscaban. De Lucas a punto estuvo de marcar tras un buen envío de Trashorras, pero el meta rival acertó en el mano a mano.
El partido estaba más abierto, con los dos equipos buscando la portería contraria. El ritmo de juego iba en aumento, las llegadas también. Falcón intervino con acierto en un par de ocasiones para mantener la ventaja celeste. David no llegó, a los 32 minutos por centímetros a un buen centro de Roberto Lago tras una excelente jugada en ataque. El Celta había dispuesto ya de varias ocasiones para aumentar su ventaja.
En el tramo final, el Nástic volvió a apretar, aunque el Celta contragolpeaba siempre con peligro. Trashorras lanzó a las manos del portero tras un buen pase de De Lucas y una brillante acción individual.
Tras el descanso, el Celta volvió a generar buenas ocasiones. David voleó, a los 3 minutos, tras un pase picado de De Lucas, pero Rubén Pérez logró atajar. Tras esa gran ocasión, el Nástic retomó el mando del partido y acechó en diversas ocasiones el área celeste, aunque sin finalización.
Pasado el primer cuarto de hora, el Celta se esmeraba en defensa, en proteger la ventaja, aunque siempre con la vocación de salir a la contra. El conjunto rival dominaba la posesión, llegaba con soltura a tres cuartos de campo, pero no lograba generar ocasiones claras.
Los celestes habían perdido el cuero y jugaban lejos de la meta rival, aunque, cierto es, sin pasar excesivos apuros. El Nástic empujaba, con largas posesiones, con empeño y voluntad, pero sin poder fabricar oportunidades reseñables.