El padre de la fecundación in vitro, el profesor Robert Edwards, ha sido finalmente el ganador del Premio Nobel de Medicina y Fisiología concedido por el Instituto Karolinska de Suecia. Se enfrentaba a nombres como el de Douglas Coleman y Jeffrey Friedman por el descubrimiento de la hormona que regula el apetito o el de Ernest McCulloch y James Till, descubridores de las células madre.
El premio, dotado con poco más de un millón de euros, se la lleva el investigador británico por fertilizar en 1968 junto a Patrick Steptoe un óvulo fuera del organismo de una mujer en lo que sería el primer paso para la fecundación artificial y que daría lugar a la primera niña probeta del mundo en 1978. El compañero de viaje de Edwards moría a finales de los 90 sin ver los numerosos premios que recibían sus adelantos.
A pesar de la polémica y de los contratiempos iniciales, los trabajos de Edwards, de 85 años, ha permitido el nacimiento de más de 4 millones de niños en todo el mundo a través de la reproducción asistida.