Ni un año. La restauración del mural de Pedro Domecq en la Porta do Sol, inaugurada el 18 de diciembre de 2009, no ha podido evitar que el mismo sufra ya los primeros signos de deterioro. Precisamente era el que se quería evitar cuando se destinaron 12.000 € a su recuperación, un proceso largo y cuidado que, como dijo entonces el teniente de alcalde, evitaría que el mismo sufriese daños.
Dicho cuidado incluyó el tratamiento de cada azulejo, la colocación tras un soporte de vidrio tipo “nido de abeja” resistente a los cambios climáticos, un cristal de urna que lo ampararía contra el deterioro, un marco de acero inoxidable y un trabajo cuidadoso de “consolidación, fijación y tratamiento específico en el reverso de cada uno de los mosaicos”.
Nada de ello ha servido y varios de los azulejos están abombados, algunos están movidos y en la parte inferior uno de ellos se ha desprendido. Además el cristal está resquebrajado en el centro y cuarteado en algunos lados.