Una situación crítica con 75 millones de euros de deuda y sin respaldo. Es lo que está pasando Vulcano, que esta semana intentaba vender su filial Juliana a Armón por 16 millones de euros para hacer frente a los acreedores y después consumar una fusión con la que trasladar a Vigo la construcción del cuarto sísmico. Pero están pendientes de la junta de acreedores del astillero de Asturias y se ve negra la venta que serviría de comienzo del fin de los problemas del astillero. De lo que decidan dependerá que se siga con un ERE temporal que afectaría a los 130 trabajadores o no.
Si eso fuera poco, la comisión ejecutiva de Pymar (Pequeños y Medianos Astilleros Sociedad de Reconversión, S.A.) ha negado a Vulcano los avales para la línea de crédito de 21 millones de euros que permitirían terminar el sísmico que tienen ahora entre manos, que lleva varios meses paralizado, y que permitiría a la factoría viguesa mantener la carga de trabajo.
Mientras, para intentar capear el temporal la Xunta ha aprobado para destinar a avales de Vulcano casi 3 millones de euros que se sumarían a los 5 preparados para el año que viene y a otros 9 millones en avales a través del Instituto Galego de Promoción Económica. Pero si la Pymar se niega a firmar además de los avales la venta de Juliana poco podrá hacer Vulcano por salvar la situación a pesar de sus más de 90 años de historia y capacidad demostrada.
En lugar de quedarse con los brazos cruzados, los 130 trabajadores de Vulcano se han encerrado en las instalaciones del astillero vigués para pedir el compromiso de todas las administraciones con el futuro de la empresa de Teis, como el Pymar o el Ministerio de Industria, acusado de intentar forzar una reconversión encubierta.