Exponerse por la noche a una luz persistente conlleva aumento de peso incluso sin comer más ni cambiar de actividad física. Esta conclusión no es fruto de una noche de tripis y JB en abundancia, sino que es una conclusión científica a la que ha llegado la doctora Laura Fonken, de la Universidad de Ohio, tras una larga experimentación con ratones, que tampoco iban colgados o hasta los cuartos traseros de JB.
“Aunque no haya habido ninguna diferencia en el grado de actividad física o la cantidad de comida consumida cotidianamente, los ratones que vivieron con luz durante el ciclo nocturno engordaban más que los otros“, observó la doctora Fonken, autora de dicho estudio publicado en “Anales de la Academia Nacional estadounidense de Ciencias“.
Ratones sometidos a una luz débil por la noche en 8 semanas tenían índice de masa corporal 50% superior al de aquellos que vivieron ciclo nocturno normal. Los sometidos a luz constante , pero con acceso a comida sólo durante el día, no ganaron peso.