La intransigencia de Nicolas Sarkozy ha hecho que los dos principales sindicatos franceses hayan hecho un llamamiento a continuar con las movilizaciones para oponerse a la ampliación de la edad mínima de jubilación de los 60 a los 62 años.
El secretario general de la CGT, Bernard Thibault, y el secretario general de FO, Jean-Claude Mailly, han apoyado esta mañana, desde la emisora de radio RMC la continuación de las protesta, “hay un movimiento de protesta que recorre el país y lo que nosotros creemos que todo el mundo tiene que dejar de trabajar y salir a las calles”.
Las huelgas y los paros, que no han cesado desde el pasado día 12, han conseguido paralizar el país, especialmente aquellos que han conseguido bloquear las refinerías y depósitos de combustible, ocasionando graves problemas de suministro en más de 1.000 gasolineras y forzando al ejecutivo a echar mano de las reservas estratégicas de emergencia para garantizar el tráfico aéreo y de mercancías por carretera.
Estas acciones podrían incrementarse, tal y como ha advertido Thibault, “ahora hay que pasar a acciones lo más masivas posibles para que el Gobierno, que mantiene su intransigencia se saque de la mente su intención de seguir adelante con la reforma de las pensiones“.
El secretario general de FO ha dejado claro que su sindicato “es favorable a una nueva jornada de huelga en el sector público y el privado” con el fin de “dar nuevamente impulso al movimiento” de protesta, incluida la paralización total del suministro de gasolina, “cuando se quiere hacer presión, hace falta que moleste”, remachó.
