En nueve meses más de 400 trabajadores del naval de Pontevedra han perdido su puesto de trabajo afectados por algún Expediente de Regulación de Empleo (ERE). Eso sin contar con las rescisiones de contratos de los eventuales, ya que los escasos pedidos (salvo en el caso de Cardama, Freire y Metalships, con 4 nuevos barcos en perspectiva) que hay en el sector no son suficientes para mantener las plantillas. Y la negativa de avales para poder sacar adelante los pedidos, como le ha pasado a Vulcano, ha sido la gota que ha colmado el vaso.
Por eso, 9 empresas auxiliares del naval han constituido un Comité de Crisis en el seno de la Asociación de Industriales Metalúrgicos de Galicia para abordar de forma conjunta la situación, acordar procedimientos, diseñar políticas de actuación y buscar soluciones para un sector que aún tiene más de 4.000 empleados.
Ahora, su principal miedo es la falta de cobro de los trabajos realizados, ya que las industrias tractoras han pasado de un pago en un plazo de 120 días (4 meses) a 180 (6 meses), 220 días (algo más de 7 meses) a no establecer fecha de pago. Según la patronal, las situaciones vividas por Astilleros M. Cíes, Factoría Naval de Marín, Factorías Vulcano y el ERE ya anunciado por H.J. Barreras son situaciones que han afectado a muchos trabajadores directos, pero también a muchas indirectos por las graves daños causados en la Industria Auxiliar.