Eso es lo que ha considerado el jurado popular que hoy ha absuelto a María del Pilar Marcos Rubio, en el juicio que se seguía contra ella por la muerte de su marido. La mujer, de 64 años, estaba acusada de asesinar a su cónyuge en Tafalla en noviembre del año pasado y la fiscal pedía 11 años de cárcel para ella al entender que le clavó el cuchillo en el pecho con intención de matar.
La defensa, por su parte, pedía la absolución porque consideraba que la muerte de José Antonio Gil Silva, de 77 años, fue accidental. El primer día del juicio María del Pilar aseguró que no quiso hacer daño a su esposo, “sólo que supiera que no iba a soportar más palizas“. Al parecer, según todos los hijos de l pareja, y varios testigos, José Antonio sometió a vejaciones y agresiones a su mujer durante los más de 40 años que llevaban casados, altercados que, muchas veces le ocasionaron heridas abiertas, hematomas y lesiones.
Según su relato, el día de los hechos, durante la discusión que derivó en la muerte del hombre, “él se cayó encima del cuchillo” que ella asía, sin que tuviese intención de matarle.
Tras conocer la sentencia, María del Pilar ha señalado que no termina de creerse la decisión del jurado y ha añadido que ha pasado por “una pesadilla” hasta llegar a este momento. “Estoy que no termino de creerme lo que ha pasado, tampoco terminaba de creerme lo que había pasado antes. Fue una pesadilla“.