ANTONIO ALBALADEJO/ La masacre del campo de Gdaim Izik, en El Aaiún, llega hoy a la ONU. Su Consejo de Seguridad debatirá la situación en el Sáhara Occidental y la actuación de las fuerzas de seguridad de Marruecos. Esta reunión estaba prevista para el martes que viene pero, a la vista de los gravísimos incidentes de estos días, se ha adelantado una semana. Mañana, el enviado personal del secretario general de la ONU para el Sáhara, Christopher Ross, informara a sus miembros de la última ronda de negociaciones mantenidas entre Marruecos y el Frente Polisario.
El Consejo de Seguridad conocerá los últimos datos que han podido reunirse sobre el terreno por los observadores de su delegación para la zona, la Minruso, que desde hace casi 10 años es la encargada de vigilar el alto el fuego entre Marruecos y el Frente Polisario pero cuyos miembros, según aseguran los saharauis, están “sin hacer nada en el mejor hotel de El Aaiún”.
La víspera de esta reunión, los ministros del Interior y de Asuntos Exteriores de Marruecos, Taieb Cherqaoui y Taib Fassi Fihri, difundieron un vídeo con el que intentaron justificar el asalto de sus tropas al campamento de protesta. Se trata de unas imágenes grabadas por las propias fuerzas de asalto en la que, sin identificar a nadie, muestran la supuesta violencia de las que los representantes de Rabat llaman “bandas criminales” dentro del campo de Gdaim Izik.
Estas imágenes, en las que se ve a un supuesto saharaui degollando a un policía y a otro orinando sobre su cadáver, han servido para que ambos ministros hayan justificado el asalto y hayan denunciado que dichas ‘bandas’ utilizasen métodos que describieron como “similares a los empleados al sur del Sahel” donde se sabe que opera la rama de Al Qaeda desplegada en el Magreb. Al mismo tiempo, han asegurado que Argelia y el Frente Polisario están detrás de estos sucesos que tienen como finalidad enturbiar las conversaciones impulsadas por Naciones Unidas.
Ambos ministros, pese a las múltiples informaciones gráficas llegadas de la acción de las tropas marroquíes, los testimonios de decenas de civiles, las pruebas de torturas y el desalojo de toda la prensa, han calificado la intervención de Marruecos como “pacífica“, en contra de las informaciones de los periodistas extranjeros a los que han calificado, una vez más, de mentirosos y manipuladores.
