No puede alimentar a su población pero sí gastarse cientos de millones de dólares en mantener en marcha su programa nuclear. Y así lo hace. Corea del Norte ha admitido que el mismo sigue desarrollándose, aunque, eso sí, con fines pacíficos. El régimen de Kin Jong Il ha admitido que mantiene en marcha “miles de centrifugadoras” en una planta de enriquecimiento de uranio, tal y como pudieron comprobar hace semanas varios científicos norteamericanos en una visita a la planta nuclear de Yongbyon que estuvo encabezada por el profesor Siegfried Hecker.El gobierno norcoreano ha asegurado que “la actual construcción de un reactor de agua ligera se encuentra en activa progresión y hay operativa una moderna planta de enriquecimiento de uranio equipada con varias miles de centrifugadoras, para garantizar el suministro de combustible”, algo que mantiene en alerta a las devaluadísimas agencias de seguridad norteamericanas y al Pentágono.
