No les dejan retirar sus efectos personales y han puesto guardias jurados para que no puedan acceder a sus puestos de trabajo. Estas son algunas de las denuncias que hacen los 25 periodistas y técnicos que trabajaban para la Televisión de Galicia en los centros territoriales de Pontevedra, Burela, Ferrol, Oporto y Bruselas, que han sido despedidos después de que la dirección de la TVG anunciase ayer que había decidido reorganizar su funcionamiento, cerrando las mencionadas delegaciones y suprimiendo los informativos locales.La medida, tomada sin previo aviso, afecta en total a 130 profesionales de los que esos 25 serán despedidos. Hasta este momento la televisión autonómica tenía 10 delegaciones, las mencionadas, más las de Vigo (que pasa a hacerse cargo de la información de Pontevedra), A Coruña (que asume la de Ferrol), Ourense, Lugo y Madrid, los servicios informativos centrales eran asumidos por los profesionales de la casa en Santiago, mientras que el trabajo las delegaciones estaba contratado a empresas ligadas a medios de comunicación locales, como La Voz Audiovisual, perteneciente a La Voz de Galicia, en A Coruña y la productora Faro, en Vigo, a las que hay que añadir El Progreso, en Lugo, y La Región, en Ourense y Madrid, cuyo mantenimiento costaba a la TVG algo más de 11 millones de euros anuales.Sin embargo, podría ser poco lo que se ahorraría la televisión pública con esta medida puesto que ya ha sido condenada judicialmente por cesión ilegal de trabajadores, en concreto, 54 de los que desempeñaban su labor en las delegaciones tendrán que ser admitidos como fijos en la plantilla de la CRTVG, a ellos se sumarían otros 35, que han obtenido una sentencia favorable ya en primera instancia y, posiblemente, otros 16 que tienen juicio pendiente, lo que significaría que 105 tendrán que ser readmitidos, aunque entre ellos, posiblemente no estarán los 25 que ayer se quedaron sin empleo, como asegura el Comité de Empresa de la compañía.
