La próxima vez que se emocione al ver un cometa centelleando en el cielo nocturno, considere lo siguiente: lo que está experimentando es un placer robado. Usted está disfrutando del espectáculo a expensas de una estrella distante. Según la investigación de Hal Levison, un cúmulo de estrellas en formación en la Nebulosa de Orión podrían estar intercambiando cometas entre sí, como demuestran sofisticadas simulaciones por ordenador realizadas en el Instituto de Investigaciones del Suroeste.
Según Ciencia@Nasa, si los resultados son correctos, el Sol podría estar atrapando cometas de estrellas vecinas, lo que explicaría la presencia de la mayoría de los cometas que se encuentran en la nube de Oort, una inmensa nube de cometas que orbitan al Sol más allá de Plutón. Como si fueran “niños de un vecindario que juegan en sus patios”. Según las estimaciones de Levison, los cometas acompañaban a la estrella más cercana cuando el cúmulo de origen se disolvió y el Sol se quedó con el botín. Y de forma honrada, por supuesto.