Durante semanas había que recurrir a direcciones numéricas o a Twitter si querías seguir en vivo y en directo la última hora de Wikileaks, pero al fin la web ha recuperado su dominio tras siete días suspendido gracias a la presión internacional tras revelar 250.000 cables diplomáticos con información de todos los puntos del globo. El mismo tiempo que Anonymus, un grupo de ciberactivistas, llevaban con la Operación Leakspin en marcha: echar abajo las webs de las empresas que habían cerrado la cuenta fundada por Julian Assange y, ahora, difundiendo los cables menos expuestos a la opinión pública.
En los últimos días Amazon, PayPal, Visa y Mastercard cerraron las cuentas de Wikileaks excusándose en distintos aspectos de la web que incumplía alguna cláusula del contrato. Sin embargo, otras pequeñas empresas se han mantenido en sus trece del lado de Assange y le han facilitado nuevos métodos de donación (Xipwire, Datacell o Flattr), servicio de hosting (OVH) o difusión (Twitter o Facebook).