Algo que no tiene precedentes, no sólo en Brasil, sino en las democracias occidentales. Y es que la gestión de Lula da Silva, que ha llevado a su país a un crecimiento sin precedentes, sacando de la pobreza a más de 5 millones de compatriotas, está avalada por casi el 90% de los brasileños, de acuerdo con un sondeo dado a conocer a pocos días de que acabe su mandato. No es sólo que su popularidad alcance esa cuota, su persona genera una confianza del 81% y hasta es capaz de irradiarla a su sucesora.
Por ello, los ciudadanos creen que Dilma Rousseff, dirigirá un Ejecutivo bueno o excelente y casi un 20% está convencido de que su administración mejorará a la última de Lula. Lo más curioso es que el presidente saliente recibe la mejor nota en seguridad pública, uno de los 9 temas sobre los que se ha preguntado a los encuestados, que también le aprueban en salud, la educación, la lucha contra el hambre, la pobreza y las drogas, así como la creación de empleo y la lucha contra la corrupción.