En secreto hasta el último momento. Así ha mantenido la primera visita de Alfredo Pérez Rubalcaba a Afganistán, donde España tiene desplegadas tropas con casi 1.500 soldados y 45 guardia civiles. La primera parada ha sido la base de Herat, donde ha desayunado chocolate con churros y ha iniciado el discurso que se repetirá en toda la visita: ánimo a unas tropas que pasarán las Navidades a más de 6.000 kilómetros de casa.
“La seguridad de Afganistán es la seguridad y la libertad de España“, ha recalcado antes de desplazarse a Qala-e-Now, donde se encuentran los guardia civiles que se encargan de la formación de policía en la zona y que hace unos meses sufría un atentado en el que morían tres compañeros. “Ya le he pedido al gobernador de Bagdhis que apriete en la investigación sobre los presuntos asesinos de José María Galera, Abraham Leoncio y Ataola Taefik”, señaló tras un sentido homenaje a los fallecidos.
Con esta visita relámpago, de apenas seis horas, cumple la promesa hecha tras el atentado en agosto. La misión militar “más importante y difícil en la historia de España” para la que aún no hay plazo de salida.