“Tengo la conciencia tranquila”. Eso aseguró ayer a Iñaki Gabilondo, en la desaparecida CNN+ el juez de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón, quien calificó su situación como de “amenaza de muerte profesional”. Garzón ha asegurado que se hay una campaña en su contra y que las causas que se le han abierto son una estrategia para “acabar con un modelo de juez”.
El hombre que dictó orden de detención contra el asesino Pinochet, emprendió la Operación Nécora, actuó contra los GAL o abrió el proceso contra los represores franquistas, dijo a Gabilondo que estaba ”triste, indignado y sorprendido” y declaró que aunque entiende estos procesos no los comprende aunque “los acepto porque no hay otro remedio”. Pese a ello, aseguró que tiene la sensación de estar “en el exilio“ y recalcó que no había huido a La Haya por su gusto, sino que debió de hacerlo para seguir trabajando.
