Mientras su primer mandato estuvo marcado por el desarrollo económico del país, basado fundamentalmente en su enorme producción petrolífera, el segundo navegó en medio de una situación financiera extrema, con una inflación galopante, destrucción de riqueza, falta de empleo y caída de las exportaciones que llevaron a varios intentos de golpe, el Cararcazo, en 1989 y luego varios pronunciamientos en 1992, impulsados por el actual presidente, Hugo Chávez, a ellos se unieron las acusaciones de corrupción que acabaron con una acusación formal contra Pérez por parte de la Corte Suprema de Justicia lo cual le obligó a dejar la Presidencia en 1993.