Le dieron un golpe tan fuerte que lo dieron por muerto. Todo por lo que podría llamarse otro caso Neira: una mujer agredida en este caso por su ex marido a la que intenta ayudar. Todo comenzó en Valdemorillo, una localidad madrileña, cuando José María vio que Raquel se ponía muy nerviosa tras hablar por teléfono. Su ex pareja la estaba llamando amenazándola de muerte. Tenía el coche aparcado a menos de 500 metros, así que decidió acompañar a esta vecina con la que no tenía apenas relación, a su casa.
Ya a la salida Raquel discutió con una mujer pelirroja que se le acercó y durante todo el trayecto a casa siguió recibiendo llamadas en la que la insultaban y amenazaban. Fue aparcar el coche y la puerta de la mujer se abrió. Ella salió volando, él salió a ver qué pasaba y recibió el primer golpe. A la mujer la tiraron al suelo entre dos personas y mientras la mujer pelirroja le pegaba el hombre comenzó a golpearlo a él.
El resultado: un brazo roto, lesiones en rodilla, cara, brazos, pies… y un cruce de acusaciones, ya que el agresor ahora dice que la agresión la recibió él. Sólo pasó una noche en comisaría y la orden de alejamiento es mínima porque trabaja cerca del domicilio de su ex mujer.