La peor pesadilla de los chilenos volvió a casa por Navidad. Un terremoto de 7,1 en la escala de Richter con varias réplicas hizo recordar ayer a los chilenos el devastador seísmo de 8,8 grados que devastó el centro y el sur del país hace apenas once meses. Ocurría pasadas las 17 horas, cuando seis regiones de nuevo del centro y del sur de Chile a causa de un movimiento de las plascas Sudamericana y de Nazca hizo temblar el suelo y temer un tsunami.
A pesar de lo aparatoso del terremoto, no hubo que lamentar víctimas, heridos ni daños materiales importantes, aunque muchos ciudadanos decidieron evacuar sus casas e ir a pasar la noche a las montañas por miedo a un maremoto que las autoridades descartaban a los pocos minutos. Las réplicas, de entre 5,1 y 4,7 grados fomentaron ese temor a un tsunami entre la población.