Quizá no nos vendría mal aprender del trato que la justicia británica dispensa a los políticos corruptos. La prueba de ello es el ex diputado laborista David Chaytor que ha sido condenado a año y medio de prisión por falsificar gastos cuando era miembro de la Cámara de los Comunes. En 2009, Chaytor usó 22.650 libras del erario público para alquilar viviendas de su propiedad y de su madre así como para el pago de servicios tecnológicos, una cantidad que no se ha molestado en devolver.
Aquel año decenas de diputados recibieron una orden judicial para que devolviesen casi 1.300.000 libras, lo que destapó un escándalo en el seno tanto del propio parlamento como del Gobierno de Gordon Brown en el que varios de sus ministros usaron el dinero público para pagar a jardineros de sus casas privadas, comprarse regalos, contratar a parientes o viajar.
El juez John Saunders, que ha llevado este caso, ha indicado en la sentencia que Chaytor violó la confianza de los ciudadanos, “la población, como es lógico, se sintió engañada por lo que ocurrió“.