El buen resultado luso de ayer era motivo de esperanza. Y con razón. España ha colocado hoy en el mercado internacional casi 3.000 millones de deuda pública en bonos a cinco años en la primera subasta del año, que se produce después de que Portugal y Grecia pasaran sus respectivas pruebas con éxito.
Todas las expectativas se han cumplido, ya que la demanda ha duplicado la oferta y se han colocado con un tipo del 4,5%, muy por encima del 3,6 de la última subasta y la cifra más alta desde 2008. Traducido: se ha pagado un 27% más.
Aprobada con nota la primera prueba de confianza española en los mescados, aunque no hay que olvidar que a lo largo de este mes se realizarán otras tres subastas: el 18 de enero para la emisión de letras a 12 y 18 meses, el 20 de enero de obligaciones a 10 años y el 25 de enero para las de tres y seis meses.