Por si Sam quería tocarla otra vez y no llegaba con las vistas al mar, sino que quería sumergirse en ella. A lo mejor por eso apareció un gran piano de cola en un banco de arena en medio de la bahía de Biscayne, al norte de Miami, a tan sólo 200 metros de la orilla. El piano, que pesa unos 300 kilos, estaba en el punto más alto del montículo, a salvo de la salitre, donde permanecerá por el momento a menos que suponga un peligro para la navegación o la fauna. Ahora las autoridades se disponen a investigar cómo llegó allí.