Al final el supuesto asesino de María Esther Jiménez, la niña de 13 años que apareció muerta hace apenas dos semanas en la caseta de una depuradora de Arriate, en Málaga, vivía en el pueblo. La Guardia Civil ha detenido a un joven de 17 años, un vecino que había pedido justicia tras el hallazgo del cadáver de la niña, como supuesto autor del crimen. Aunque aún quedan cabos sueltos, el ADN y los restos biológicos encontrados en la zona coinciden con los del detenido.
Tras la detención, los agentes de la Benemérita han hecho un registro en busca de priebas antes de trasladar al detenido al cuartel de Ronda y de ponerlo a disposición de la Fiscalía de Menores para que preste declaración. Con media docena de coches y numerosos efectivos para evitar que los vecinos pudieran acercarse al detenido, los agentes acordonaron una de las calles principales de la localidad.
Nuevos detalles
La joven, que apareció con la cara tapada y cuya autopsia reafirma la muerte violenta, había recibido un par de meses antes dos cartas anónimas amenazándola con matarla si “hablaba”.