ANTONIO ALBALADEJO/Miles de personas siguen en la Plaza Tahrir protestando contra el régimen desoyendo el llamamiento del Ejército de que despejen la zona para facilitar el tráfico que está colapsando el centro de El Cairo. Esta ha sido la decimocuarta noche que los opositores al Rahis han hecho vela montando decenas de tiendas, puestos y tenderetes y expresando su rechazo al Gobierno, que hoy se reúne por primera vez desde los cambios introducidos la semana pasada, de manera pacífica. Los concentrados han vuelto a rezar, a corear eslóganes contra el presidente, a enarbolar banderas de Egipto, cantar el himno nacional y burlarse de un muñeco de trapo que representa a Mubarak.
Como había anunciado ayer el líder opositor Muhamed Elbaradei, quien ha reiterado que nunca se sentará a negociar con representantes del ejecutivo, los manifestantes han dejado claro que no se dispersarán hasta que Mubarak se vaya y , además, ahora exigen la disolución de la Asamblea Popular, la creación de un nuevo gobierno, que sería quien llevaría al país hasta las lecciones presidenciales de septiembre, el enjuiciamiento de los represores, una acción decidida contra la corrupción, que debería ser impulsada por un nuevo parlamento y una inmediata reforma constitucional.
Mientras esto sucedía, en Estados Unidos, el presidente Obama ha declarado a Fox News que “Egipto no volverá a ser lo que era”, ha reclamado elecciones libres “porque ello es lo que quieren los egipcios” y ha asegurado que no sabe qué va a hacer Mubarak, pero que el presidente debería escuchar lo que dice su pueblo. Estas palabras de Obama se sitúan en la línea de lo manifestado por su secretaria de Estado, Hillary Clinton y se alejan de las de su enviado especial, que ya ha sido desautorizado por la Casa Blanca, tras afirmar que debe ser Mubarak quien se ocupe de hacer la transición antes de dejar el puesto al siguiente presidente, dentro de 7 meses.
