Quieren recorrer los casi 5.000 kilómetros que separan La Gomera, en las Islas Canarias, de la Isla de Antigua, en el Caribe de una forma un tanto particular: a pedales… y sin calzoncillos. Dos ingenieros británicos se embarcarán el próximo mes de diciembre en la aventura más surrealista de su vida: el Torpedalo, una embarcación de alta tecnología que moverán pedaleando.
Fabricada en fibra de carbono con un casco estrecho y agudo, mide 8 metros de eslora y está diseñada para que se ajuste a los cuerpos de los dos ingenieros para cortar las frías y duras aguas del Atlántico. Unas antenas delanteras ayudarán en la comunicación y un techo liso permitirá colocarle un panel solar con el que conseguir energía.
A bordo llevarán equipos de desalinización en lugar de garrafas de agua, lo que aligerará el peso inicial que ya suponen los 200 kilos de alimentos para los en teoría 38 días que durará el viaje, una buena parte chocolate, cacahuetes y barritas energéticas debido a la cantidad de calorías que gastarán en el trayecto. Lo de ir en pelotas es una cuestión de comodidad: para evitar las rozaduras de los bañadores tras tantas horas pedaleando.
Con asientos hechos a medida de sus culos, el espacio es tan reducido que sólo podrán ponerse de pie sacando la cabeza por la escotilla del barco, detrás de la cabina. Además, el compartimento en el que dormirán estará a unos 30 grados, por lo que perderán cerca de 1.100 litros de sudor durante el viaje.
Carrera benéfica
La iniciativa forma parte del Desafío Woodvale, una carrera de remo bienal trasatlántica con la que se pretenden recaudar unos 300.000 euros para dos organizaciones benéficas. El aliciente añadido de estos dos británicos es que sería la segunda barca a pedales en cruzar el Atlántico, aunque esperan pasar de los 111 días de la travesía de 1994 a 38, lo que también quitaría el récord de cruzarlo a remo con brazos, de 39 días.