A las 9 y media de la mañana del próximo 6 de abril. Esa será la hora y el día en el que Silvio Berlusconi deberá sentarse en el banquillo de los acusados de la sala de las juezas Carmen D’Elia, Orsolina de Cristofaro y Giulia Turri, acusado de prostitución de menores y abuso de poder. El amor que dice tenerle a la vida y que le ha llevado a acostarse con menores de edad durante fiestas de sexo en sus lujosas villas, han acabado en el ‘Caso Ruby’ y, tras él, en la imputación del primer ministro italiano por dos delitos tan serios.
Otra jueza, Cristina Di Censo, ha decidido hoy que se abra juicio inmediato contra ‘Il Cavalieri’ pues estima que hay “pruebas suficientes” para encausarlo por sichas acusaciones sin pasar por la audiencia preliminar. La jueza Di Censo, cree que Silvio mantuvo relaciones sexuales con la joven marroquí Kharima ‘Ruby’ El Mahroug cuando tan sólo tenía 17 años, e intervino ante la Policía de Milán el pasado mayo para su puesta en libertad después de que fuera detenida por un robo.
La jueza ha dictaminado, además, que los dos delitos de los que acusa al primer ministro están unidos ya que, como defiende la Fiscalía, el de abuso de poder se cometió para evitar que saliera a la luz la prostitución de menores y ha dejado claro que la competencia es de los tribunales de Milán, no del de Ministros, como pretendía Berlusconi que, tras este nuevo varapalo podría verse obligado a dimitir en pocos días.