No tiene ni idea de lo que le pasó a Mari Luz Cortés, la niña de Huelva desaparecida el 13 de enero de 2008 y que apareció muerta. Es lo que Santiago del Valle ha declarado ante el juez hoy, en la primera jornada de un juicio en el que el presunto asesino ha pasado de la culpabilidad por accidente a hacerse la víctima: “Siento mucho lo que ocurrió, yo también perdí a una niña de 25 meses”, aseguró. Dice desconocer lo sucedido a la pequeña, de dos años, y que se enteró de que la estaban buscando cuando volvió a casa de dar un paseo con su mujer y se encontró con la familia de Mari Luz metida en su casa. Por eso se fue de la ciudad con su mujer, por eso tardaron en localizarle.
Una declaración totalmente contraria a la hecha en marzo de 2008, en la que dijo que le había tirado un osito de peluche para llamar la atención de la niña, que se asustó al ver a Del Valle en las escaleras, se cayó por accidente, quedó inconsciente y la tiró a una alcantarilla a 300 metros de su casa para deshacerse del cuerpo sin saber si estaba vivo o muerto. Lo detuvieron 45 días después tras haber vivido en Madrid, Valencia y Cuenca.
Más testigos
Mientras, la hermana de Del Valle se acogió a su derecho de no declarar y tan solo ratificó la declaración hecha el 27 de marzo de 2008, en la que aseguró que llevó en su coche a su hermano con un carrito de la compra, aunque no sabía qué había dentro, que le despertó en medio de la noche para que lo llevara a comprar al Carrefour pero que se bajó en una parada de buses cercana a un polígono industrial.