Pese a que esta mañana se ha dado un baño de multitudes, un acto que es el único que ha sido difundido por el régimen desde que se iniciaron las protestas contra su régimen, Muamar Gadafi no puede controlar las revueltas en Libia. Las mismas, según informan diferentes agencias, basándose en testimonios de los participantes, pues el dictador ha impuesto una censura informativa férrea, se han extendido además de Trípoli, a Benghazi, Darnah, Al Bayda, Quba, Ajabiya, Tobruk Tajoura, Zentan y Shahhat, ciudades donde han sido quemadas comisarías y oficinas de las temidas fuerzas de seguridad.
Según informa la ONG Human Rights Watch, los enfrentamientos han causado ya la muerte de 84 personas, 40 más de las que ha contabilizado Amnistía Internacional. De todas ellas 35 habrían perdido la vida en Benghazi, la segunda urbe del país y donde, pese al apagón informativo impuesto por el Gobierno, se sabe que el Ejército ha empezado a perder el control de las principales calles y barrios que están tomados por los opositores al coronel, que lleva más de tres décadas al frente del país.