Ese es el objetivo de las fuerzas leales a Gadafi. La localidad, situada a 50 kilómetros de la capital, puede ser tomada en pocas horas, para lo cual las tropas gubernamentales han empezado a negociar con los comandantes opositores a fin de que se rindan y eviten una masacre. Esta batalla, que se ha cobrado, según testigos presenciales, la vida de 30 civiles y un número indeterminado de contendientes, puede ser una noticia no tan buena para el dictador, puesto que a la presión de los Estados Unidos, cuyo presidente ha pedido a Gadafi que deje el poder, de la OTAN, que estudiará un posible ataque y del Tribunal Penal Internacional, que ha anunciado que juzgará al coronel por crímenes contra la humanidad, se une el anuncio de los insurrectos de que atacarán Trípoli “en cuanto se liberalice el espacio aéreo”.
Sin embargo, la propaganda oficial ha silenciado todo ello y su portavoz, Musa Ibrahim, han asegurado que el régimen empieza a retomar el control, “creemos que Zawiya estará bajo pleno control del Gobierno posiblemente esta noche“, Ibrahim ha añadido que “los rebeldes han atacado la refinería de crudo, las fuerzas gubernamentales les han repelido y han incautado algunas armas“, al tiempo que ha confirmado que se están llevando a cabo esas negociaciones.
