VERÓNIKA RODRÍGUEZ*/Hace un par de semanas hubo oposiciones a bombero en Vigo, solo 10 plazas y más de 500 opositores. Algo difícil pero no imposible. El último día de las pruebas físicas quedaban menos de 100 aspirantes y solo un examen teórico por delante. El tribunal y los correctores del examen eran bomberos en activo.
En las primeras listas de notas de corte nos encontramos con ocho personas que tenían un 9, unos pocos aprobados y el resto no aptos. Según parece los ocho 9 pertenecen a hijos de bomberos. Una extraña casualidad, ¿verdad?
Oposiciones a bombero en Lugo hace un mes aproximadamente, todos los aprobados eran aspirantes lucenses. Caramba, otro dato curioso.
Hace un par de años una plaza para bióloga por concurso-oposición en Vigo. La misma persona que ofrecía el puesto dijo que se lo iba a dar a su becaria.
No me entra en la cabeza que en pleno siglo XXI sigan sucediendo estas cosas que recuerdan a los caciques de antaño.
No me extraña que en todos los empleos haya uno o dos incompetentes (a veces hasta más) que no saben desempeñar su puesto de trabajo. Mientras, el resto de la plantilla se pregunta qué hacen allí…
Respuesta: Porque es amigo, familiar o conocido del jefe/encargado, lo cual es sinónimo de una enfermedad endémica en España: enchufismo. ¡Para conseguir un puesto de trabajo, es mucho más determinante, las amistades que se posean dentro de la empresa que los propios conocimientos!