Es el peregrino 2.0. Con su iPhone y su guitarra a cuestas, salió el pasado 11 de septiembre de su Leiden natal, en Holanda, para recorrer 10.000 kilómetros que ya lo han hecho pasar por Santiago y que ahora lo llevarán hasta Roma y Jerusalem. ¿Sus motivos? Algo distintos de los peregrinos tradicionales: Wijnand Boon, Nano para los que se encuentra en el camino, quiere ser el peregrino de las redes sociales. “Vosotros sois mi destino”, asegura. Y todo reflejado en un blog, Twalk, caminar y hablar.
La misión es demostrar a todos los escépticos de las redes sociales que Internet es más que una vía de escape de la vida real y que los internautas son mucho más que una banda de fugitivos de la realidad ocultos tras la pantalla de un ordenador. El detonante de esta aventura, el discurso de Navidad de la Reina Beatriz, en el que culpaba en parte a las nuevas tecnologías del desapego de la sociedad por el prójimo y la acusaba de distanciar a las personas y dar un escudo perfecto para la falta de respeto cobijados en el anonimato de la Red. Boon, o Nano, quiere demostrarle al mundo que las redes sociales funcionan exactamente como una sociedad real: algunas echan una mano, otras no, aunque la diferencia es que la Red es una herramienta con la que es mucho más fácil encontrar a alguien que te ayude. La mala fama es injustificada.
Día a día, en su blog
Durante todo el camino, Nano irá publicando todas las historias que le ocurran y todas las canciones que el trayecto le inspire, pero también utilizará su blog, Facebook y Twitter para crear una red lo suficientemente grande como para poder llegar a Israel. Ya sea a través del blog, de su música o en persona, “a lo largo de mi camino mi objetivo es conectarme”. No viaja con mapa ni tarjeta de crédito, sólo lo hace con la convicción de que las redes sociales son un complemento más de la vida cotidiana y que le darán una humilde cena y le prestarán un sofá en el que pasar una noche. “Soy un extraño que no tiene nada que ofrecer, así que sé que pido mucho. Sólo tengo una historia para contar, una canción para cantar y mi eterna gratitud por haberme ayudado a cumplir mi misión”, reconoce el holandés.
Por el momento, Boon está demostrando que la Red funciona. Ya ha abrazado al Apóstol y hace unos días reponía fuerzas en Casa da Urcela, en Ponteareas, antes de reemprender el camino de Tui para seguir andando hasta Oporto, Roma y, finalmente, Jerusalem. Hoy ya está cerca de Casal, a pocos kilómetros de Vila Nova de Cerveira. En su web podrás ir viendo su itinerario, siempre aproximado, ya que dependerá de donde le den cobijo para pasar la noche. Puedes ayudarle ofreciéndole tu casa calculando que camina una media de 20 kilómetros al día.
Pero si quieres colaborar y ya no pasará cerca de tu ciudad puedes ayudarle difundiendo su proyecto en las redes sociales, siguiéndole en Twitter, Facebook o Youtube, retwitteando los mensajes en los que busque hospedaje… Aunque también necesitará dinero para los gastos mensuales del seguro, cuentas de internet o teléfono, por lo que se ofrece a realizar casi cualquier trabajo. “Quizás tengáis cosas que arreglar o necesitéis una mano para vendimiar, o un redactor o traductor, o alguien que os enseñe a dibujar corazones o manzanas en el cappuccino… Lo que sea. Si pensáis que puedo echaros una mano, simplemente enviadme un e-mail”, pide Boon. Si simplemente quieres colaborar con él también puedes hacer una donación a través de su página.