La revuelta del mundo árabe sigue su rumbo. A pesar de que Gadafi y su guerra interna han eclipsado todas las noticias, en Yemen y Siria las protestas ciudadanas continúan y ya han derramado sangre. En Yemen se ha declarado el estado de emergencia después de unos disturbios que han costado la vida a 46 personas y que ha acabado con otros 200 heridos durante un tiroteo contra los manifestantes en Sanaa.
Mientras, en Siria seis personas han muerto durante la represión por parte de las fuerzas de seguridad de distintas manifestaciones pacíficas que se estaban celebrando en diferentes puntos del país. Además, otros 32 activistas serán juzgados por dañar la imagen del Estado y “suscitar la discordia étnica y religiosa”.