Hay más posibilidades de que vuelvan los cassetes de 8 pistas que de que arranque el Spirit. ¿Qué es un Spirit? Exactamente uno de los rover que la NASA envió a Marte y del que no ha vuelto a saberse nada nadita desde el 22 de marzo pasado. No es que el trebello estuviese mal diseñado, de hecho, ha estado 6 años rodando por aquel planeta en el que hace más frío que en Teruel (su temperatura media es de 63 grados bajo cero) y eso que estaba diseñado para aguantar tres meses, pero la cosa se ha complicado desde que la semana pasada se sobrepasó el punto en el que recibió el máximo de luz solar para el presente año marciano.
El equipo de Jet Propulsion Laboratory, que es quien maneja el Spirit, ha intentado, durante meses, restablecer la comunicación con él agarrándose a la posibilidad de que al aumentar la cantidad de energía el rover activase el explorador de su estado de hibernación, pero ni de coña y si la cosa no cambia en 4 semanas lo dejarán a su suerte y se centrarán en las operaciones del otro robot, el ‘Opportunity’. Y parece lo más sensato puesto que, pese a que el Spirit, ha cumplido, con creces, su misión, carece de tracción en dos de sus seis ruedas, lo que le ha impedido salir de un banco de arena en el que se ha metido. Además, sospechan que el frío, que puede llegar hasta los 140 grados bajo cero, podría haber dañado sus componentes electrónicos que no han podido recibir apoyo de sus calentadores, lo cual reduciría a cero las posibilidades de volver a contactar con él. Pese a ello, la NASA ha seguido mandándole órdenes todos estos meses a través de las antenas del sistema Deep Space Network, situadas en California, España y Australia y se han mantenido a la escucha, día día, durante todo este tiempo.
