Las imágenes son impactantes, sobre todo teniendo en cuenta que entre el antes (la carretera destrozada por el tsunami y el terremoto) y el después (impecable, como si no hubiera pasado nada) han pasado tan sólo seis días. Una reconstrucción de la carretera Gran Kanto, en Naka, a una velocidad asombrosa que demuestra una vez más la capacidad de Japón para levantarse después de la catástrofe.
Y es que el desastre natural no ha servido de excusa para faltar al trabajo. Al día siguiente, los supervivientes se reincorporaban a sus puestos y en las regiones más afectadas muchas empresas ya han reabierto sus puertas. Parece increíble en el caos que puede suponer tener una central nuclear en la cuerda floja, el gobierno recomendando que no se dé agua del grifo a los bebés, algunos alimentos contaminados y niveles de radiación por encima del nivel de seguridad en muchas zonas. Sin olvidarse de las fuertes réplicas del terremoto que siguen haciéndose sentir en todo el país.
¿Habría sucedido lo mismo si la tragedia hubiera sucedido en España?