Es perezoso, egoísta, irascible y tiene un nivel de inteligencia que el propio director de la serie describe como creativamente brillante en su estupidez. Pero es increíblemente afortunado: siempre consigue parar las catástrofes que se ciernen sobre la central nuclear de la que es inspector de seguridad, aunque por casualidad, desde jugándose al pinto, pinto el apretar el botón que frene el proceso de fusión como tapando con su propio cuerpo la fuga radiactiva que él mismo había provocado en uno de los capítulos que quería hacerse obeso mórbido para no tener que ir a la oficina.
Eso, unida a la psicosis que ha desatado los problemas que está sufriendo la central nuclear de Fukushima, ha llevado a la televisión suizo-alemana SRF a no retransmitir más episodios de ‘Los Simpson’ en los que aparezca cualquier mención a la seguridad nuclear. Considerado inoportuno dadas las circunstancias, un equipo revisará capítulo a capítulo para decidir cuáles deben ser censurados.