Eso es exactamente lo que hará ahora que no puede inaugurar. Abel Caballero aseguró en rueda de prensa que no variará su manera de trabajar ni un milímetro y que “seguirá vigilando las obras”, algo que no especificó si se debe a que dentro de unos meses cumplirá 65 años y quiere sumarse a los jubilados acodados tras los miles de vallas que hay por la ciudad.
Eso sí, el alcalde indicó que mantendrá un “respeto escrupuloso a la Ley Electoral” que impide a los cargos públicos hacer publicidad de su gestión, una definición que, mientras al alcalde de Lugo, Pepe Orozco le “cabrea” y le ha hecho “plantearme el recluirme en el convento de los Dominicos hasta que empiece la campaña electoral”, a Caballero le confunde “no se sabe muy bien lo que se puede o no se puede hacer”. El candidato del PSOE a la Alcaldía dijo que está encantado con la precampaña y la campaña que ha definido como “un período de gran viveza en la que están llamados a participar los ciudadanos” y reiteró que seguirá con su cometido como alcalde “que es un derecho que me reconoce la Constitución” y, además desveló que esa ‘vigilancia’ tendrá que ser en la intimidad, “las vigilaré pero ustedes no podrán estar para contarlo”, bromeó con los periodistas.