VERÓNIKA RODRÍGUEZ/ Hoy he visto en la televisión que una mujer maltratada tiene escondido a su hijo de 5 años porque le han quitado la custodia para dársela al padre maltratador. ¿Pero no se había sacado una ley que decía que un hombre al que se le acusaba de maltratador no podría tener ninguna custodia?
Creo que es muy fuerte que tu hijo te pida el número de la policía por si viene su padre. Y, vamos a ver, ¿los jueces en que piensan cuando están en el juzgado? ¿Cómo un niño de 5 años va a querer ver a su padre cada 15 días? Un padre que nunca ejerció de padre. Un padre del que sólo reconoce los golpes que le daba a su madre y a su abuelo y hasta a él. Sí, querrá verlo, ¡pero muerto o entre rejas!
Yo puedo entender que a veces los jueces se equivoquen y que a los abogados les cueste hacer su trabajo. Pero vamos, ¡hay casos que no cabe la menor duda! Como en el asesinato en Vigo de los dos chicos gays, que en el primer juicio el acusado salió inocente de haberlos matado con 32 puñaladas a cada uno y sin embargo culpable de provocar el incendio. Menos mal que se repitió el juicio, porque era una vergüenza.
Sé que es difícil, pero no se lo deben tomar como un solo trabajo, pues trabajan con personas y están decidiendo su futuro. Es como en los hospitales, no me cabe en la cabeza que la gente que allí trabaja, obviamente no toda, porque lo veo todos los días, se lo tomen con una calma abismal, no les importe lo que este sufriendo la persona y que no entiendan que para los pacientes ciertas pruebas las relacionan con posibles enfermedades graves.
Y allí la gente tan tranquila, unos alborotos, unas risas hablando como si aquello no fuera un hospital. Hay veces que no entiendo como pueden estar curados de espanto, porque yo no puedo evitar simpatizar. Supongo que los años te curan de todo.
Lo más triste de todo es que solo les importa lo mal que se hace cuando les toca a alguien de su familia o algún conocido. Es entonces cuando se mueven para que todo salga bien, y tenga el mejor trato.