Y no es un juego de palabras. Un metro por año. Es la velocidad a la que se reduce la superficie del Mar Muerto, ya 424 metros bajo el nivel del mar a causa del bombeo continuo al que lo someten jordanos, israelíes, sirios y libaneses al río Jordán, que es el que abastece de agua del lago y que desvían parte del caudal para extraer los minerales más valiosos.
Después de siglos de estabilidad, el escaso caudal de agua del Jordán que le llega y la evaporación a causa de las elevadas temperaturas del sol hacen que el agua del lago desaparezca a un ritmo de vértigo, como demuestran las imágenes tomadas por Eitan Haddok.