Dolorido, pero contento. La primera palabra no era esa, pero ese es el estado en el que estaba Fraga cuando salió esta mañana del hospital. El ex presidente de la Xunta, de 88 años, había sido operado para implantarle una prótesis de cadera después de que se rompiese la suya tras caerse en su casa hace unos días.
El senador ha evolucionado tan bien desde la intervención del martes pasado, que los médicos han considerado que con una semana de internamiento ha sido suficiente y que puede seguir la recuperación en su domicilio.
Eso sí, pese a sus protestas, de las que no ha podido entenderse gran cosa, todavía no podrá volver al trabajo, aunque durante estos días ha seguido la actualidad diaria, leído toda la prensa para estar al tanto de los acontecimientos y deseando volver a la actividad.
