Alfonso Pillado trabajó hace años en la piscina del Carmen, pero cuando lo despidieron culpó a Santi Domínguez de lo ocurrido. Así que cuando en 2008 llegó la sentencia ratificando su despido decidió tomarse la justicia por su mano y comenzó una campaña de acoso y derribo, en este caso contra el honor del ahora teniente de alcalde. Junto con otras tres personas llenó la ciudad y los alrededores de pintadas sobre mobiliario urbano y paredes de edificios públicos y privados con frases como ‘Santi corrupto’, ‘Santi borracho’, ‘Santi ladrón do BNG’, además de poner pegatinas en contenedores, muros, farolas o semáforos y de repartir pasquines con los mismos lemas.
Hoy, tres años después, el Jugado de lo Penal núnero 2 de Vigo ha condenado a Alfonso Pillado por un delito continuado de injurias por escrito y con publicidad, además de un delito de daños y quebrantamiento de condena, ya que hasta en tres ocasiones incumplió la orden de acercarse o comunicarse tanto al teniente de alcalde como su familia. En total, casi 9.000 euros en multas más 20.000 euros para indemnizar a Santi Domínguez. “A impunidade fixo que durante tres anos unha campaña de descrédito que afectou á miña honra e á miña dignidade. Pero o que máis me afectou é que hai persoas con nome e cara detrás de min ás que lle tiña que explicar constantemente o que ocorría“, explicó Domínguez en clara referencia tanto a su familia como a sus compañeros de partido.
Doce meses documentados
Con hasta 17 acciones con testigos, entre policías, propietarios de inmuebles o un detective privado, a la juez “no le restia duda alguna de que los acusados resultan autores de todos y cada uno de los hechos que se le imputan” producidos entre agosto de 2008 y mayo de 2009 y que el ser un cargo público no es eximente para el acusado, ya que las injurias no se han vertido “en el transcurso de un debate acalorado, sino con el sosiego y la meditación de quien durante un largo periodo de tiempo” utiliza apelativos vejatorios en pegatinas, pintadas y pasquines. Además, tanto el acusado como uno de sus colaboradores, Carlos Fernández, deberán indemnizar con casi 1.500 euros al mercado de Cabral por destrozos en el mobiliario causado por sus acciones.
Por su parte, el resto de acusados deberán pagar un total de 10.000 euros en indemnizaciones a Santi Domínguez. Carlos Fernández desembolsará 6.000 euros más los casi 5.000 de multas por injurias y daños; Carmen Fernández otros 3.000 de indemnización más 1.674 euros de multa por injurias y Alfredo Fernández, 1.000 euros de indemnización y casi 1.200 de multa por injurias graves.
Con la sentencia en la mano, ante la que cabe recurso antes de 10 días, el teniente de alcalde explicó que nunca pensó “que alguén puidera ir máis aló e meterse coa miña familia. Agora só teño gañas de chegar a casa e abrazar á miña muller, Begoña, e á miña filla, Xiana, porque o meu fillo xa me acompaña hoxe aquí. Son eles os que me permitiron aguantar todo isto”.