JOSÉ MANUEL PENA/ No están los tiempos para que la gente pague, cada vez más, por los servicios más básicos y aun así a varias empresas eléctricas se les ocurrió emitir facturas para cobrar sobre el consumo estimado y no por el real. Una evidente práctica abusiva que carga sobre los vecinos y consumidores, cada mes, un consumo energético que no es el real, mientras estas empresas realizan las lecturas de los contadores cada dos meses.
La energía eléctrica se convierte en un bien de primera necesidad y algunas empresas eléctricas parecen querer estar ajenas a esta realidad. Así nos encontramos con casos de emitir facturas de más de 400 euros al mes por un consumo estimado, en una pequeña vivienda familiar, que el ciudadano tiene que abonar si quiere evitar el corte del suministro eléctrico, mientras que el consumo real fue mucho menor y consiguientemente la empresa se ve obligada a devolver el importe proporcional al que se había ingresado en demasía. Esto perjudica a cualquier consumidor que se ve obligado a abonar cantidades, en muchas ocasiones, superiores a las que reglamentariamente estarían obligados.
Varias asociaciones de consumidores ya tomaron buena nota de este tipo de prácticas claramente abusivas y que vulneran los derechos fundamentales de cualquier ciudadano, presentando las reclamaciones pertinentes. El gobierno, por su parte, también debería ser consciente de estas situaciones y obligar a todas estas empresas a cobrar las facturas por el consumo eléctrico efectivamente realizado y no como hasta ahora.