Ha multiplicado por siete sus resultados alcanzando el 19% de los votos. Es el Partido Verdaderos Finlandeses (PS), una formación de extrema derecha que será clave en la formación del nuevo gobierno de aquel país ya que las elecciones las ha ganado el Partido de Coalición Nacional (KOK), de centro-derecha, que ha obtenido el 20,4% de los votos, casi 5 puntos más que el Partido del Centro, de la primera ministra, Mari Kiviniemi, que no ha pasado del 15,8% de los sufragios y que, difícilmente podrá reeditar la coalición de gobierno con el centro-derecha.
El líder del PS, Timo Soini, ha declarado que está dispuesto a entrar en el Gobierno, pero que debe ser invitado a las negociaciones para la formación del mismo, algo en lo que está de acuerdo el SDP, quien ha señalado que el apoyo logrado en las urnas, apenas un 1% menos que el partido vencedor, le hace acreedor a, al menos, a un puesto en el Ejecutivo.
Eso supone, de entrada un doble problema: primero para la estabilidad mismo del ejecutivo finlandés y, segundo, una amenaza para la estabilidad de la zona euro, ya que su eventual entrada en la nueva coalición supondría el veto de Finlandia al rescate de Portugal, una de las promesas esenciales de Soini durante la campaña.