Aunque parezca una tontería, no es lo mismo un infarto matutino que uno que llega a última hora del día. Una investigación realizada con pacientes de un hospital madrileño demuestra que las personas que sufren un infarto por la mañana tienen más riesgo de sufrir lesiones graves que las que lo sufren a cualquier otra hora del día o de la noche.
El infarto se produce cuando se bloquean los vasos sanguíneos que irrigan al corazón, que a su vez hace que no llegue suficiente oxígeno y que se produzcan daños permanente o se muera el tejido cardíaco. El estudio demostró que los pacientes que tenían un ataque cardíaco entre las 06 y las 12 horas sufren la muerte de un área de tejido cardíaco un 20% mayor que el resto de enfermos.
Esta relación puede deberse a los ciclos circadianos del cuerpo, a los ciclos naturales del organismo de vigilia y sueño y según recoge la revista científica Heart la información podría ser de crucial importancia para mejorar tanto el diagnóstico como los tratamientos cardíacos.