Júbilo absoluto por la muerte de su enemigo número uno. Desde que esta madrugada Barack Obama anunció la muerte de Osama Bin Laden, foto incluida, las puertas de la Casa Blanca se han ido llenando poco a poco de ciudadanos que querían festejar la buena nueva. Y tantos se han ido juntando que al final más de 4.000 personas montaron una fiesta a las puertas de la casa de Obama para celebrar el que consideran uno de los días más felices de sus vidas. La mayor celebración política desde que Obama ganara las elecciones hace ya dos años y medio.
La mayoría de los manifestantes, gente menor de 30 años, casi adolescentes aquel 11 de septiembre de 2001 en el que reventaron las Torres Gemelas de Nueva York y murieron casi 3.000 personas, un trauma en pleno corazón financiero y social estadounidense que ha costado mucho a los ciudadanos superar.