Eso ha asegurado una de sus hijas, una niña de 12 años, a las autoridades paquistaníes. La pequeña ha declarado que su padre fue capturado con vida por el comando estadounidense que asaltó la casa en la que vivían en Abbottabad el lunes pasado y luego fue ejecutado delante de la familia.
Según informa la cadena Al Arabiya, las fuerzas de seguridad paquistaníes llegaron a la residencia poco después de que las fuerzas estadounidenses se hubieran marchado en helicópteros llevándose consigo dos cuerpos, el de Bin Laden y el de uno de sus hijos. En la casa quedaron cuatro cadáveres y las fuerzas paquistaníes detuvieron a dos mujeres y seis menores, de entre 2 y 12 años de edad.
Bin Laden, en contra de las informaciones estadounidenses, se encontraba en la planta baja de la vivienda, no estaba armado y ninguna de las personas que se encontraban en el interior del recinto dispararon contra los helicópteros o los efectivos norteamericanos.
“No se disparó una sola bala desde el recinto contra las fuerzas estadounidenses y sus helicópteros”, ha asegurado un oficial. Las fuerzas paquistaníes procedieron a un registro minucioso de la vivienda y no encontraron ni armas ni explosivos. Tampoco se ha encontrado ningún búnker.