Será porque no quieren dar pie a nadie para imprimir la foto, que le pongan un altar y lo conviertan en lugar de peregrinación, que pudiera tener un efecto incendiario, o, como apuntan muchos, realmente Bin Laden no está muerto. Pero la realidad es que Barack Obama, presidente de Estados Unidos, se niega ahora a hacer públicas las fotos del cadáver del líder de Al Qaeda tomadas durante la ‘Operación Gerónimo’.
El presidente estadounidense prefiere que haya dudas sobre si la muerte de Bin Laden es cierta o no que correr el riesgo de que las imágenes provoquen sentimientos contradictorios en la población. Sin embargo, a pesar de la decisión de Obama, los primeros indicios apuntan a que ha podido haber ya una filtración a algunos medios.
Listo para escapar
El modo en el que estas fuerzas de élite se encontraron a Bin Laden hace pensar en que el líder terrorista tenía miedo de caer en una encerrona y estaba preparado para huir en cualquier momento. Por eso se le habrían encontrado cosidos a la ropa tanto dos números de teléfono como 500 euros en efectivo. De hecho, Estados Unidos no avisó de la operación a Pakistán por miedo a que hubiera filtraciones.