Lo han conseguido: han entrado en turnos de 10 minutos, con máscaras, trajes protectores y tanques de oxígeno para instalar un sistema de ventilación que purificara el aire y absorbiera las partículas radiactivas que dificultaban las tareas para enfriar el reactor.
Y lo que han logrado es que los niveles de radiación en uno de los reactores de la central nuclear haya descendido. Tepco, la compañía encargada de la gestión de la central nuclear japonesa de Fukushima, ha apuntado a que espera que los niveles de radiactividad se estabilicen entre los próximos 6 y 9 meses.