Una ventana abierta al blog personal de José Yuste Frías, profesor de la Universidade de Vigo y miembro del Grupo T&P, Traducción y Paratraducción. Porque la traducción va más allá del lenguaje…
L’Épreuve de l’étranger empieza con un ensayo fundamental («La traduction au manifeste», pp. 11-24) que Antoine Berman escribió ya en 1981 y en el que deja muy claro cómo el propio objetivo de la traducción –ouvrir au niveau de l’écrit un certain rapport à l’Autre, féconder le Propre par la médiation de l’Étranger– choca frontalmente con la estructura etnocéntrica de toda cultura donde anida esa especie de narcisismo cultural que hace que toda sociedad desee ser un Todo puro y no mezclado. En el Grupo T&P nos gusta recordar que en la traducción, siempre hay algo de la «violencia del mestizaje» tal y como decía el propio Berman. Con las reflexiones y experiencias que voy acumulando en esta serie de mi blog, que he titulado Desvelando miradas, pretendo demostrar que la esencia de la traducción reside, muy precisamente, en ser mestizaje, apertura, diálogo y descentralización.
Tras cuatro entregas sobre la lectura, interpretación y (para)traducción del símbolo del velo islámico, en esta quinta me concentraré en cuáles están siendo las pésimas lecturas, interpretaciones y (para)traducciones que, del concepto de laicismo, diferentes partidos políticos europeos están llevando a cabo a la hora de demonizar un fenómeno numéricamente insignificante, socialmente volátil y cualitativamente inofensivo, como es el uso del velo islámico en los espacios públicos. En la polémica del velo de la niña de Arteixo, el número dos de la Consellería de Educación de la Xunta, Oitavén, ha llegado a citar tres resoluciones de 2002 y 2008 de la Corte europea sobre casos similares ocurridos en Turquía y Francia, para subrayar «que el uso o imposición de normas de régimen interno» en los centros escolares «no contraviene el principio de libertad religiosa, ni el derecho a la educación garantizado por el artículo 9.2 de la Declaración Europea de Derechos Humanos».
Presumiendo de un falso progresismo, muchos son los políticos (tanto de derechas como de izquierdas) que, al mismo tiempo que mandan a sus hijos a colegios privados o concertados donde en las aulas sigue habiendo crucifijos, abogan por que los colegios públicos deberían ser centros «laicos» con el fin de prohibir el uso del velo islámico en las aulas. No hay peor error para un traductor jurado que asimilar sistemas jurídicos diferentes haciendo equivalencias terminológicas sin ton ni son. Mis alumnos de Traducción de textos jurídicos y administrativos Francés-Español-Francés lo saben muy bien y, por consiguiente, son conscientes de las implicaciones simbólico-administrativas que tiene el hecho de que España no sea un estado «laico», sino «aconfesional». De todas formas, aunque España fuera un estado laico como Francia, una mínima documentación sobre el término de «laicismo» lleva a la conclusión de que se trata de un concepto que no significa, en absoluto, oponerse a una confesión religiosa sino mantener la independencia con respecto a cualquier tipo de confesión religiosa. Porque implica la aceptación de cualquier tipo de convicción religiosa, el laicismo supone siempre el rechazo frontal de toda manifestación de hegemonía ya sea esta mayoritaria, dictatorial o teocrática.
[…]Si la divisa de la República francesa es libertad, igualdad y fraternidad, tres son también los pilares de la laicité en Francia: neutralidad del Estado, libertad de conciencia y pluralismo. Otra cosa muy diferente es cómo gobiernos como el de Sarkozy están llevando a la práctica, de manera nefasta, la aplicación de esos tres pilares laicos de la República. Una ley o una norma no puede limitar la libertad religiosa. El Consejo Escolar del colegio de Arteixo debería haberse parado a pensar si, por una parte, cubrirse la cabeza con un velo afecta a libertad religiosa y a las condiciones idóneas para el aprendizaje de la menor que lo quiere llevar sin coacción alguna, libre y voluntariamente; y, por otra parte, si el hecho de la presencia física de una niña con velo afecta a la libertad religiosa de cada alumno y a la paz del centro.
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