Doble atentado con bomba en Pakistán, esta vez no en nombre de Alá, sino de Bin Laden. Al menos 80 personas han muerto y un centenar han resultado heridas en un doble atentado cometido en un centro de entrenamiento paramilitar reivindicado por el Movimiento Talibán Paquistaní, que en una llamada telefónica vía satélite ha asegurado que se trata de una venganza por la muerte de Bin Laden a manos de Estados Unidos hace unos días.
El atentado, uno de los más graves sucedidos en el país, se ha producido cuando un suicida se acercó en moto e hizo detonar los explosivos en las inmediaciones de la entrada del centro, donde los reclutas estaban cargando cosas en un autobús.
Bin Laden, demasiado confiado
Se debía de sentir muy seguro en su complejo residencial de lujo de Abbottabad, porque no tenía preparado ningún plan de fuga de emergencia a pesar de llevar allí más de seis años. Es lo que ha asegurado el Gobierno estadounidense, que ha hecho público que el líder de Al Qaeda tampoco hizo amago en ningún momento de destruir la valiosa información que llevaba consigo en el momento del asalto a su casa, en la que sólo estaba custodiado por uno de sus hijos, muerto en el asalto, y dos mensajeros de confianza.